Manos de inmigrante
Dura como la roca , suave como la seda,
contenía en su materia el orden bipolar
del universo.
Mano joven que fue a la guerra y apretó un gatillo sin conciencia , en armas cargadas por estados infames.
Sobrevivió.
Intentó renacer sobre las ruinas de su pueblo,y no lo aguanto su vida recién estrenada.
Mano que puso un pan duro y una muda de ropa en su bolso.
Después de un adiós de pañuelos blancos y lagrimas, cruzo el mar
abriéndose paso entre los peces que no pudieron pararlo.
Partió a plantar su semilla en otra tierra
y allí , con dureza de domador, le arrancó, su pan, su horizonte, su techo.
Esa misma mano tenaza y tenaz para el trabajo, fue suave caricia, fundida en su amor ,para brotar y florecer en sus hijos.
Nacían para redimirlo con la historia, con su historia.
Esa mano después de lograrlo todo,
ser pala, arado, acordeón , vino, máquina, tierra y sol,fue raíz profunda en la nueva tierra.
Y la vida se le escapaba, como arena entre los dedos.
No habría final feliz.
La pelea será larga y dura contra la historia,pero la sinfonía está inconclusa.
Espero que sus ojos no vean,
su vergel transformado en un desierto,
que su mano convertida en paloma
no se encarne en la de sus nietos, para volar a otras tierras,
y ser otra vez,
manos de inmigrante.
JOSÉ CORRADO
4 de Marzo de 2002