Manifiesto
¿Cómo decir las cosas que ya han dicho tantos hombres?
Que han escrito con fuego en el alma los poetas.
Cuando yo no sabía deletrear una palabra.
¿Cómo salir cada mañana? con el alma en de la experiencia vilo a pelear tantas batallas
,
si son las mismas que el hombre pelea desde siempre.
¿Cómo enamorarse una vez más de la vida? para seguir apostando a la esperanza.
¿Cómo se sigue después de la derrota? ¿Cómo se espera el sol después de la tormenta?
¡No se como se hace! Pero todo lo dicho no fue en vano, ni tampoco fue inútil lo luchado.
No fue tirado a la basura el amor que por la tierra se ha sembrado.
No es derrota,, es triunfo si en mi mano una flor y mi corazón hoy lo declaran.
Es mi tiempo y todo debe ser de nuevo escrito.
Cada amor debe ser cantado y cada batalla ser librada,
para que un día espero no lejano podamos abrazarnos como hermanos,
sin usura y de pan llenas las manos.
Y decir, que por fin el amor, solo el amor, nos ha salvado.
No invente el dolor ni la alegría, y la guerra y la paz, también son mias.
Entonces: ¿Cómo cantar una canción que no ha nacido?, y ponerle una flor a tanto olvido.
¿Cómo hacer para gritar mas fuerte?, para iluminar con mas brillo la tierra y los caminos.
¿Porque suponer? que la cruz de mi destino es mas dura y mas pesada que todas las que han sido.
¿Por qué pensar? que la vida se ha estrenado en el mismo momento que he nacido.
De todos modos el intento no es en vano,
y si no fuera por los que han luchado creyéndose dueños del destino,
nada se habría conseguido y seguiríamos desnudos y en las cuevas.
Sin esa voluntad violenta y ciega que es el signo de la vida,
estaríamos muertos antes de haber nacido.
Solo la existencia tiene claro que la vida es como la hierba entre las rocas,
y aunque loca tu cabeza gira y gira, tu corazón es sin duda entre todos los cardos una rosa.
Es mi tiempo y todo debe ser de nuevo escrito. Cada amor debe ser cantado y cada batalla ser librada,
para que un día espero no lejano podamos abrazarnos como hermanos, sin usura y de pan llenas las manos.
Y decir , que por fin el amor, solo el amor, nos ha salvado.
JOSÉ CORRADO
27De Octubre de 2002